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Okinawa, una isla pacífica, que no conoce la paz, aunque si premios Nobel de la Paz..

18/12/2017 07:20 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Si hay un pueblo siempre ocupado por fuerzas hostiles, ese es Okinawa. Al Emperador Hiro Hito, sucedieron, la ocupación militar norteamerican, el ambivalente Tokio, las, Bases Militares USA.y ahora Donald Trump bajo las amenazas d los misiles norcoreanos..!basta ya!!

El pasado 24 de noviembre, en el salón de crónicas del Ayuntamiento de Barcelona, los activistas no-violentos de Okinawa que llevan años luchando contra la base militar de Futemna bajo la égida de  Estados Unidos y contra la construcción de las nuevas bases de Henoko y Nago recibieron el  premio Séan MacBride por la Paz 2017 de manos de los responsables del IPB  . El comité de activistas de Okinawa ha luchado sin desfallecer y durante décadas contra las bases militares y contra todas las violaciones sociales, políticas y ambientales que éstas han generado. 

La historia de las bases en Okinawa empezó en 1945, poco después de los terribles bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, cuando la isla de Okinawa, al sur de Japón, quedó bajo control de Estados Unidos. Aunque Japón logró la independencia con el Tratado de Paz de San Francisco de 1951, los Estados Unidos continuaron controlando la isla. Pero, en 1972, Estados Unidos  devolvían oficialmente Okinawa al Japón, pero se firmaba un tratado secreto entre Washington y Tokio que autorizaba que las bases militares norteamericanas continuaran funcionando sin problemas bajo su control. Y así lo han hecho hasta ahora. 

Las bases norteamericanas de Okinawa ocupan la quinta parte de la superficie de la isla y acogen el grueso de las fuerzas yanquis en Japón (el 74%).  La población ha sufrido infinitas afrentas y abusos cometidos por los militares y miembros de las bases, y las residentes son a menudo víctimas de actos violentos y violaciones. Los que viven cerca de las bases militares también se quejan de la contaminación acústica, de la contaminación marina, del riesgo de accidentes y de la imposición de un modo de vida americano que incluso se hace patente con la invasión de restaurantes de "fast food". Los habitantes han sido privados de su modo de vida japonés y son además víctimas de una violencia continuada . 

En una reciente entrevista a los activistas de la campaña de Okinawa, Hiroshi Ashitomi y Suzuya Takazato, ambos hablan de las campañas contra la construcción de la nueva base de Henoko y del nuevo helipuerto de Nago, así como del gran nivel de conciencia de los habitantes de la isla. Y es que los argumentos son palpables. Nos explican que, entre 1972 y 1915, los soldados yanquis han cometido un mínimo de 5.896 delitos, con más de tres mil robos y más de mil delitos violentos y violaciones. Y comentan que, según las encuestas, más del 80% de la población de Okinawa es contraria a la construcción de la nueva base de Henoko. Explican que los Estados Unidos tienen más de 800 bases militares en todo el mundo, y que por lo tanto trabajan para que su lucha sea internacional, con contactos y cooperación especialmente con organizaciones de mujeres (la red internacional de mujeres contra el militarismo), y en los lugares donde hay bases militares norteamericanas. Hiroshi Ashitomi indica que estas luchas populares sólo pueden ganarse con solidaridad internacional. Junto con activistas de Corea del Sur, Guam, Taiwán y Hawái, los activistas de Okinawa quieren la retirada de todas las bases americanas de la región de Asia-Pacífico. 

A pesar de la enorme disparidad de fuerzas entre la gente de Okinawa y la de la alianza Japón-Estados Unidos, la causa contra las bases de Okinawa tiene posibilidades realistas de éxito. Sus activistas tienen a su favor la justicia, la integridad y la decencia.  Durante dos décadas, los habitantes de Okinawa han conseguido parar los planes de dos gobiernos muy poderosos. Han tenido que enfrentarse, día a día, a la intimidación y a la violencia de un número creciente de policías antidisturbios y de funcionarios guardacostas, pero han persistido. Y quieren persistir hasta lograr que Okinawa no tenga bases.

 

Las bases son los castillos modernos, fortalezas que acumulan poder y armamento  que, cuando se utilice, matará gente. Personas que en gran mayoría serán civiles. Las bases son catedrales de la violencia, son grandes estructuras para la resolución violenta de los conflictos. Pero también son la muestra palpable de que el militarismo y el poder militar están íntimamente asociados a la violencia. Es algo que las personas de Okinawa viven cada día cuando sufren delitos, robos, ataques y violaciones. De hecho, ni siquiera es necesario que sus mandos actúen militarmente y con sus armas. La violencia la demuestran cada día, en las calles y pueblos de Okinawa. Por eso, defienden que la construcción de la PJajaz sólo puede hacerse desde el antimilitarismo. "Y por eso-- Hiroshi Ashitomi y Suzuya Takazato-- dicen que  "debemos estar agradecidos a los activistas no-violentos de Okinawa por su lucha y por su ejemplo cuando luchan por cerrar la base militar de Futemna y para evitar la construcción de las nuevas bases de Henoko y Nago. ¡Fuera bases¡, que sea un grito real, basta de discursos que nos quieren hacer creer que la resolución militar de los conflictos es algo posible.

Hay múltples razones que explican porque los habitantes de Okinawa se oponen a la prolongda presencia de los militares de Estados Unidos en la isla y aparte del ruido, la polución, etc… está la conducta de muchos de los marines norteamericanos, su violencia, su trato y las continuas violaciones no solo físicas. Pero hay además una razón añadida, el creciente poderío de China que es una amenaza a la seguridad del archipiélago aunque la actitud divergente de las actitudes de Tokio y Washington, de acuerdo a los cables de las embajadas norteamericanas, publicados por Wikileaks perjudican sobre todo a Okinawa.

Durante la visita a Okinawa del Japanese Prime Minister Naoto Kan el pueblo se ecó a la clle al grito: ¡abandad el plan Futemna¡”

 

Las aguas al oeste de Oga han sido durante años un conocido caladero para los pesqueros japoneses que persiguen un cotizado calamar local.Pero cada vez de forma más recurrente,  los profesionales de ese sector tienen que interrumpir sus labores ante la alarma suscitada por los lanzamientos de misiles norcoreanos hacia el Mar de Japón Al conocerse que tres de los cuatro misiles norcoreanos habían caído en las aguas al oeste de la península de Oga, las autoridades de Okinawa están todavía más temerosas. Se trataba primero de confirmar la situación de todos los pesqueros locales que faenan en esa zona, si están seguros. .

Tsukasa Sasaki, uno de los responsables del equipo de control de crisis de Akita, recordó que algo similar había ocurrido en agosto del año pasado."Pensé.. ¿Otra vez? Es tan desalentador", declaró Sasaki al diario japonés Asahi Shimbun.El año pasado un cohete norcoreano Rodong cayó más o menos en la misma zona en lo que suponía el impacto más cercano al territorio de Japón que registraba uno de estos ensayos desde 1998, cuando otro de estos royectiles llegó a sobrevolar  Okinawa.

 

"Simplemente no sabemos dónde o cuándo caerán esos misiles. La frecuencia y el número de lanzamientos ha aumentado y eso está incrementando el miedo entre nuestros asociados", manifestó Kazuhiro Asai, uno de los jefes locales de la Cooperativa de Pescadores de Akita, citado por el periódico Mainichi. 

Pyonyang Ha reconocido que el último ensayo de cuatro misiles tenía por objetivo de tanteo las bases norteamericanas de Japón, situadas en su mayoría en la isla de Okinawa, y los expertos alertan que esta última prueba ha sido un ejercicio no estaba dedicado ya a probar la eficacia de los proyectiles sino la capacidad de despliegue de los militares que lo manejan y la posibilidad de dispararlos de forma simultánea, una táctica que podría saturar los sistemas defensivos nipones. 

"Parece casi cierto que Corea del Norte quería probar las capacidades defensivas de los buques norteamericanos Aegis contra sus misiles", estimó el diario Asahi Shimbun 

La protección de Japón frente a este tipo de desafío reside actualmente en cuatro destructores equipados con el sistema antimisiles Aegis y baterías Patriot,  "que Japón va a incrementar ante la amenaza norcoreana",  precisó el citado Masami Oka.Okinawa est´en ascuas. Tener ue depender e Tokio no esmuy esperanzador si miramos a la hitoria, pero lo es menos tener nada que ver con Trump o los norcoreanos.

Tokio aspira a disponer en un futuro inminente de ocho navíos dotados con el sistema Aegis y seis baterías de Patriot.¿Y por qué tienen que tener su base en Okinawoa?

 

Se preve que si Corea del Norte ataca el territorio japonés de nuevo lo hará con varios misiles a la vez  y "sería difícil interceptarlos a todos", admitió ya hace meses un portavoz de las fuerzas armadas japonesas al matutino 'Yomiuri Shimbun'.

La situación se ha convertido en una amenaza tan real que por primera vez el próximo día 17 las autoridades japonesas organizarán un simulacro de evacuación precisamente en Oga, al tiempo que contemplan instalar en su país el mismo sistema de escudos antimisiles Thaad que justo ha comenzado a ser desplegado en Corea del Sur.

"Corea del Norte es la amenaza más inminente y grave para Japón y toda la región", estimó el pasado mes de febrero a este diario Masami Oka, un alto cargo del Ministerio de Defensa japonés, aunque ni mencionó Okinawa, al evaluar los diferentes desafíos que enfrenta la nación nipona.Aquí arece que todos los gobernantes son recentrlizadores. 

Okinawa es el pais que más Premios a la Paz ha recibido en 25 años, pero aún desde 1945, sus habitantes viven bajo la espada de la violencia y las violaciones

Entre octubre del año pasado y el último mes de febrero 2017,  Corea del Norte interrumpió sus asiduos ensayos de misiles -en 2016 lanzó más de una veintena-en lo que los analistas interpretaron como un gesto de Pyongyang hacia la nueva administración de Washington, a la espera de adivinar la posición de Donald Trump respecto a la Península coreana. 

Sin embargo, pocos días antes de que el gobierno comunista lanzara el 11 de febrero su primer cohete de la era Trump, otro alto cargo del Ministerio de Exteriores de Japón explicaba al diario japonés Asahi Shimbun que según su análisis Kim Jong Un "estaba perdiendo cualquier expectativa" de que el nuevo presidente adoptara una política diferente a la tradicional belicista de EE.UU.de su antecesor, lo cual hacía anticipar un retorno al escenario de años anteriores. 

La aparición en el escenario coreano del armamento Thaad en Corea del Sur amenaza con implicar también a China en esta crisis añadiendo otro nivel de complejidad a una situación potencialmente explosiva, ya que Pekín se opone firmemente a la presencia de ese sistema de armamento Thaad en la Península.

"Tomaremos las medidas necesarias para defender nuestra seguridad. Todas las consecuencias que esto conlleva tendrás que ser asumidas por Corea del Sur y EE.UU., aseguró durante la jornada Geng Shuang, un portavoz del ministerio de Exteriores de China. 

La agencia oficial Xinhua advirtió por su parte en un comentario que China intenta "mediar para evitar un conflicto bélico en la Península" pero también lanzaba una velada amenaza al decir que "nadie debe aprovechar su buena fe para chantajearla" so pena de tener que "asumir su porcentaje en lo que ocurra, por calamitoso que sea".

El todavía más vociferante Global Times le secundó en su editorial de la jornada opinando que "la posibilidad de una guerra en la Península coreana está creciendo" y pese a que criticó a Pyongyang sentenció: "China no permitirá que Corea del Sur derribe el régimen de Corea del Norte mediante la guerra y consiga unificar la Península".

La última vez que este apercibimiento se convirtió en realidad, en la década de los 50, cientos de miles de personas fallecieron en un conflicto atroz. 

Pero enOkinawa la aciud contra Japón y China tiene también raíces similiare y susbases militares in Okinawa, según cnfiesa un descho de prensa del consulado nrteamericano de Naha, Okinawa

El cable firmado por Thomas Reichel cónsulgeneral ntemericano en Naha, dice que los lazos históricos con China son más estrechos y porque ambos han do ml tratados por Japon. Se refiere a incidentes que ocurrieron durante la Guerra Mundial.Y especifcamente durante la Batalla de Okinawa – el asalto frontal por ambos costados sue que produjeron una masacre militar y civil.. Ofrece también un recuerdo histórico de los lazos de amistd entre China y la isla de Okinawa cuando mbas fueron reconcidas como el de Reino independiente de Ryukyu antes de la guerra Sino-Jponesa de 1894-95

Este viernes, el gobernador de la prefectura japonesa de Okinawa, Takeshi Onaga, expresó su deseo de que la nueva Administración del presidente de EE.UU.,  Donald Trump, adopte una nueva política con respecto a las bases militares norteamericanas en la isla. "No creo que vaya ser peor que ahora", considera.

Según informa 'The Japan Times', Onaga espera que en medio de los drásticos cambios que ha venido realizando el mandatario estadounidense, este pueda conducir en una "mejor dirección" la disputa, en especial lo referente al traslado de la base aérea de Futenma de la infantería de Marina de EE.UU.

"No queremos más [bases estadounidenses]", aseveró el gobernador citando el hecho de que Okinawa representa solo el 0, 6 % del territorio japonés pero alberga más del 70% de las instalaciones militares de EE.UU. en el país. Por tanto, asegura que los residentes de Okinawa se oponen al plan de reubicación, que se ha retrasado por casi dos décadas, y exigen su retiro total. 

La presencia de las instalaciones ha originado frecuentemente protestas debido a los incidentes protagonizados por efectivos estadounidenses en la región, y también a causa del ruido y la contaminación.

No obstante, el Gobierno japonés sostiene que trasladar Futenma es la "única solución" para eliminar los peligros que plantea, argumentando que es necesario mantenerla en la isla dadas las tensiones regionales en el mar de la China Meridional y a raíz del programa armamentístico de Corea del Norte 

(*) La Oficina Internacional para la Paz (IPB) fue fundada en 1892 e incluye más de 300 organizaciones de unos 70 países. Recibió el premio Nobel de la Paz en 1910. Séan MacBride se distinguió por ser anti-colonialista y un luchador incansable por los derechos humanos, la paz y el desarme.

 


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