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Esta vez sin las corbatas azules y sin convocar a la prensa, pero Leonel Fernández y Miguel Vargas han vuelto a coincidir, cada uno por su lado, en un propósito común: resolver las diferencias entre el empresario Félix Cabrera y El Gobierno de la Mañana
Por: Orlando Gill
orlandogil@codetel.net.do
Mediadores
Esta vez sin las corbatas azules y sin convocar a la prensa, pero Leonel Fernández y Miguel Vargas han vuelto a coincidir, cada uno por su lado, en un propósito común: resolver las diferencias entre el empresario Félix Cabrera y El Gobierno de la Mañana. Un asunto que pudo haber discurrido como uno de los tantos pleitos que se dan en la farándula, en que los dimes y diretes descalifican y agravian a figuras menudas o de renombre, ahora se constituye en una cuestión de Estado o de alta política por la intervención de estos terceros. No debe olvidarse que el primero es jefe del gobierno y el segundo de la oposición. Aunque las motivaciones parecen más personales que políticas, sin dejar fuera el papel de abogados que se han movido por las esquinas y sin dar verdaderamente la cara. La iniciativa fue de Vargas, quien la semana pasada visitó en tres o cuatro oportunidades el apartamento que tiene Cabrera en una de las torres que quedan al final de la avenida Anacaona.
Por esas cosas raras de la vida, en ese inmueble también reside Neney Cabrera, hombre de la confianza de Vargas, pero que no es familia de Félix…
El insistente
Durante dos o tres días consecutivos, Miguel Vargas y Félix Cabrera se reunieron por largas horas, tratando el primero de convencer al segundo de un acuerdo que ponga fin al conflicto que mantiene con la gente de la Z- 101 y que ya está en tribunales norteamericanos. Cabrera, al parecer, no es un hombre fácil de persuadir, pues a pesar de la insistencia no cedía en su posición. Tanto dio la gota en la piedra que finalmente entró algo de comprensión. Aceptó que Vargas le llevara a Álvaro Arvelo y empezaran a pasarse la mano. Arvelo es la principal preocupación de Vargas, pues su estado de salud es delicado, y las expectativas alrededor del juicio y las posibilidades de una condena, lo afectan gravemente.
La mediación de Vargas no resolvió el problema, pero abrió una avenida de entendimiento: Se vieron, se hablaron, se conocieron, y saben que no son tan fieros como se pintan. Además, ese espíritu de conciliación creó las bases para diligencias más auspiciosas: Si no se puede con la oposición, se puede con el gobierno…
En Palacio
Aparentemente Félix Cabrera es un hombre bronco o quiso curarse en salud. Antes de que alguien fuera con el chisme donde el presidente Fernández, de que se estaba reuniendo con Miguel Vargas, hizo de su conocimiento los últimos capítulos de su drama y las nuevas posibilidades. El jefe del Estado tomó cartas en el asunto y convocó al Palacio Nacional al querellante Cabrera, a Bienvenido Rodríguez, dueño de la emisora y quien fue acompañado de su esposa, y a Willis Rodríguez, su director. E hizo que estuviera presente Abel Rodríguez, consultor jurídico, y en un tiempo representante legal del propietario de la Z. Con tantos Rodríguez se habló mucho y –como se dice– a calzón quitado. En algún momento la consorte estuvo fuera de lugar.
Hay un inconveniente que debe solucionarse sobre la marcha: ¿Quién paga los abogados?
El mandatario, en exceso conciliador, les hizo ver un ángulo del problema que afectaría la imagen del país en el exterior, y por igual de los medios de comunicación. No siempre es bueno sacar los trapos al sol, y hay pantaloncillos que primero botan el color antes que el sucio…
Los costos
Hubo un inicio de acuerdo, pues Rodríguez y Cabrera convinieron que entre ellos no hay problema de tipo personal.
Aunque hay un inconveniente que debe solucionarse sobre la marcha: ¿Quién paga los abogados? Rodríguez planteó que cada cual se ocupe de los suyos, pero Cabrera quiere que (¿a manera de indemnización?) éste cargue con sus costos.
Es mucho dinero y en dólares, pues los que llevan la causa son de allá. La idea es que durante el actual viaje a Estados Unidos se saque tiempo para finiquitar el problema, e incluso, con ese propósito, se incluyó a Abel Rodríguez en la delegación que acompaña al presidente Fernández…