El testamento vital o documento de voluntades anticipadas recoge las instrucciones sobre los cuidados médicos que se desean recibir o no los últimos días de vida ante una enfermedad física o mental irreversible y cuando ya no es posible expresarse
El testamento vital tiene enorme importancia si se considera que el paciente es el sujeto central del proceso clínico, cosa que, con frecuencia se olvida. Por ello, este documento está siendo considerado, cada vez más, corno parte de la totalidad de medios utilizados por el médico en el conjunto de su tratamiento clínico. La información proveniente del paciente es importantísima para que el médico pueda obtener periódicamente un cuadro lo más completo posible del mismo, además de su propia observación y de las pruebas clínicas que se realicen.
Existen enfermedades, sí, pero, ante todo, existen enfermos. El testamento vital es el feedback que el médico recibe del enfermo precisamente cuando éste no puede dárselo por él mismo, cuando su vida está más cerca de la pura biología que de la existencia humana.
El paciente ha estado tradicionalmente sujeto a la buena voluntad, arbitrariedad o ideología (de todo un poco) del médico que le atiende y de sus allegados. Hoy vivimos una medicina altamente sofisticada, sujeta a los avances de las tecnociencias biomédicas. La evolución natural de la enfermedad no existe, más que residualmente, en aquellos lugares del planeta que carecen de los más mínimos medios, al menos, farmacológicos.
La "muerte natural" no existe. El enfermo de hoy, como el de siempre, teme al dolor físico, inseparable del dolor psicológico, más que a su propia extinción. Existe el dolor del propio dolor. Es la consciencia del dolor. De aquí que el dolor físico y el psicológico sean inseparables y que si se establecen unas leyes que autoricen la eutanasia voluntaria cuando el sufrimiento le resulte insoportable al enfermo, ese sufrimiento ha de entenderse en sus dos aspectos, totalmente imbricados e inseparables en el ser humano capacitado.
Pero además de temer al dolor, actualmente bastante mitigable en muchos casos, el enfermo teme la degradación, la indignidad, el absurdo del mantenimiento artificial de su cuerpo, la agonía alargada por el puro imperativo tecnológico. Necesita tener la seguridad de que se atenderán sus deseos, de no ser sometido a tratamientos que considera rechazables según su propio mundo de valores.
Un testamento vital legal le da, como mínimo, la seguridad de que se respetará su voluntad, al menos dentro de los márgenes legales de ayuda a morir establecidos en su país. El paciente puede defenderse de decisiones paternalistas que no desea si puede rechazar o pedir tratamientos clínicos mediante procedimientos sancionados social y legalmente.
El testamento vital da al paciente la seguridad de que se respetará su voluntad, al menos dentro de los márgenes legales de ayuda a morir establecidos en su país
En este último sentido defensivo, el testamento vital, y aún más las instrucciones anticipadas, tienen un valor probatorio, aún no estando legalizado, que puede y debe ser utilizado por el Representante. Por ello, es conveniente firmarlo ante notario o ante testigos, para que, al menos, no haya duda sobre las firmas. Así, puede utilizarse ante médicos o jueces corno prueba en defensa del cumplimiento de los deseos del paciente.
Todo testamento vital, por otro lado, debiera llevar una "cláusula de conciencia" que eximiera al facultativo de realizar ciertas acciones que van contra sus creencias. Caso de utilizar "la cláusula de conciencia", el médico tendría que estar obligado a poner al enfermo en manos de otro facultativo. El enfermo nunca debe quedar abandonado. Y en una situación extrema en la que no hubiese, por ejemplo, más que un médico para atender una petición de eutanasia activa, solicitada con todas las garantías por un paciente, el facultativo tiene obligación moral, que debiera ser también legal, de atenderle.
La medicina ha girado muchos grados: de ser médico-centrada va pasando rápidamente a ser paciente-centrada. Las cartas de los derechos de los enfermos son una prueba de esa nueva óptica. El médico se encuentra, muchas veces, en situaciones límite, muy complejas, en las que el testamento vital le aliviaría del deber paternalista de tener que tomar decisiones vida/muerte . Y le evitaría incómodas situaciones entre su conciencia, las presiones familiares y los deseos del paciente. No siempre coinciden estas tres variables. Aunque a muchos médicos aún les cueste creerlo, el pacto del testamento vital, también es un beneficio para ellos.
El testamento vital forma parte del conjunto de procedimientos que utiliza el médico para tratar al enfermo, es decir, para aplicar de la mejor manera posible sus conocimientos a quien padece. El Testamento Vital/Instrucciones Anticipadas, el Poder al Representante y el Historial de Valores, en su caso, debieran formar parte del historial clínico del enfermo. Por descontado, estos documentos han de haber sido suscritos voluntaria y libremente por el paciente y el médico ha de obtener su consentimiento para incluirlos en el historial clínico.
El testamento vital puede interpretarse en la tradición de una ética contractualista, más en la línea que parte de Hobbes que en la kantiana. En lugar de encontrar valores morales objetivos, encontramos preferencias, intereses subjetivos que llegan a necesitar un acuerdo de mutua cooperación estable. Este acuerdo ha de tener la fuerza de un pacto socialmente reconocido que resulte beneficioso para las dos partes que aceptan el convenio. Esa fuerza la tendrá si a estos documentos se los sanciona legalmente.
No es sólo el paciente quien, por las razones indicadas más arriba, pide este acuerdo para que su autonomía sea respetada. El médico actual, el que sabe que la medicina paternalista es cada día más contestada, también necesita la seguridad de este pacto. Necesita que se respete, así mismo, su autonomía, creencias, su propia adscripción a las normas deontológicas profesionales. Y se encuentra con que el enfermo ya no es el infirmus, el débil etimológico. Es un sujeto de derechos. El testamento vital tiene el valor simbólico de un pacto, socialmente reconocido, entre dos autonomías.
El testamento vital alivia a los médicos del deber paternalista de tener que tomar decisiones vida/muerte
La empresa alicantina Mi Legado Digital ofrece una innovadora plataforma gratuita a particulares y profesionales del sector sanitario y funerario para afrontar la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, entre los que destacan el testamento digital y las gestiones post-mortem 100% online 04/06/2020
La publicación de datos personales sobre cualquier persona en Internet puede acarrear problemas futuros y menoscabar el honor, la imagen, la privacidad o la intimidad de las personas. El derecho al olvido puede ser el remedio a esos problemas 11/05/2020
Con las últimas voluntades cualquier persona puede decidir qué hacer con su cuerpo, sus bienes y su entorno tras su fallecimiento. Pero, ¿son necesarias o sólo un capricho? 17/12/2018
El testamento vital recoge las instrucciones sobre los cuidados médicos que desea recibir los últimos días de su vida. Pero no es igual en todos los países del mundo 24/10/2018
Algunas asociaciones ofrecen tarjetas donde va información básica sobre el testamento vital de la persona 09/10/2018