¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Chema Gil escriba una noticia?
El Polisario y Argelia llevan, en Tindouf, treinta años violando los derechos humanos de decenas de miles de saharauis, que hoy quieren recuperar una vida digna. Esclavitud, terrorismo, cosas por descubrir del Polisario
Chema Gil. Periodista. Diplomado ONU en Terrorismo. Subdirector de www.gacetaforense.es
Introducción:
Siento tener que decir esto al inicio de este análisis de urgencia respecto al conflicto del Sahara Occidental: Para decir lo que pienso he recibido presiones, en algún caso inaceptables. Tampoco he dejado de recibir ‘recomendaciones’ sutiles por parte de ciertos personajes para, primero evitar la publicación y luego para retrasarlo ‘sine die’ hasta que se viera el momento político propicio.
Esta serie de artículos no deja de ser más que el análisis de una realidad, la búsqueda de información abierta o reservada, y la exposición de unas conclusiones razonables.
Siento tener que ocultar los nombres de Saharauis que han confesado el temor que sienten a ser represaliados por los suyos, pero es a ellos a los que dedico en primer lugar esta pequeña obra.
Quiero recordar a las víctimas españolas del terrorismo practicado en el pasado por el Frente Polisario contra simples trabajadores de nuestro país.
Para terminar quiero citar aquí a un místico sufí, murciano de nacimiento, musulmán universal por su obra, Ibn Arabi:
“Dios, el Omnipresente y el Omnipotente, no está encerrado en ningún credo ni religión, porque dondequiera que os volváis, allí está el rostro de Dios.
Cada cual reza lo que cree; su Dios es la hechura de sí mismo, y al rezar, se ora a sí mismo. Por eso, anatematiza las creencias de los demás; lo cual no haría si fuese justo, porque el desagrado hacia la religión ajena se basa en la ignorancia.
Ahora, mi corazón se ha convertido en el receptáculo de todas las formas religiosas: es pradera de las gacelas y claustro de monjes cristianos, templo de ídolos y kaaba de peregrinos, Tablas de la Ley y Pliegos del Qorán…”
Ibn Arabí.
El Sahara Occidental y la memoria obsoleta de los 70
Muchas veces los periodistas, especialmente aquellos que llevan mucho tiempo escribiendo sobre un mismo tema incurren en errores profesionales, como dar por sentado que el lector sabe siempre los antecedentes de aquello de lo que escribes. Craso error. El periodismo exige una continuidad en la información y volver atrás, de vez en cuando, para evitar que el lector se pierda.
Este pequeño ‘accidente’ profesional podemos extrapolarlo a todo lo relacionado con el Sahara Occidental y a la cuestión Saharaui en nuestro país, donde se produce un fenómeno, en la generalidad de los ciudadanos, que conviene describir, objetivarlo, para que pueda reconocerse: La afectividad y la memoria de muchos españoles, bien intencionados, se ha quedado ‘anclada’ en algo que ocurrió entre finales de los sesenta y mediados los 70 del pasado siglo.
Una suerte de memoria colectiva en la que no caben matices, que tiene en la fraseología de su particular imaginario afirmaciones como: “abandonamos a su suerte a los saharauis y los traicionamos”. Aun hoy, 35 años después, es fácil escuchar de forma sentida, casi visceral, expresiones de este tipo. Pero también es cierto que, cuando la cuestión se plantea en un diálogo de forma serena y razonable, rápidamente se acepta que en estos 35 años el mundo ha evolucionado de tal manera que es obligado volver a la cuestión del Sáhara, sin olvidar aquello que ocurrió en los año 70, pero teniendo presente, lo ocurrido después, la actualidad, los problemas de hoy, es decir, lo que algunos filósofos llaman la ‘REALIDAD REAL’. Ni Marruecos, es el Marruecos de mediados del Siglo XX, ni el Sahara Occidental, el que fuera protectorado español, tiene nada que ver con lo que fue.
El terrorismo y la seguridad internacional son fenómenos que hoy subyacen en toda esta cuestión, además –evidentemente- de La realidad de un Estado, el Marroquí, que siente toda esa franja del Sahara como propia de forma natural; y toda esta actualidad enfrentada a un Polisario que nació mediante una declaración de guerra simultánea contra Mauritania y Marruecos una vez los españoles hicimos una más que lamentable ‘tocata y fuga’.
No parece que los españoles recordemos a aquel Frente Polisario que se cobró la vida de conciudadanos, atacando pesqueros y a soldados… de eso no parece querer acordarse nadie. El Polisario, revestido de no sé qué dignidades éticas, no deja de ser un grupo terrorista que hoy impone su ley a un conjunto de población, su propia población, que más de treinta años después aspira a poder vivir dignamente, a dar una educación a sus hijos, a desarrollarse en un país como Marruecos que está demostrando una férrea decisión, un firme compromiso, con el desarrollo social, económico y cultural de sus habitantes.
¿Qué es el Frente Polisario?, para mi no cabe duda, es un grupo no democrático que dice representar a una autoproclamada República Democrática Saharaui en la que no se admiten partidos que lleven la contra a sus dirigentes; pobre de aquellos que manifiestan cualquier disconformidad pues, rápidamente, la supuesta República Democrática Saharaui les tratará de traidores porque piensan de forma diferente, los vejará, incluso los encerrará en una prisión y a veces, según los testimonios de saharauis, los hará desaparecer.
PROXIMA ENTREGA: ELEMENTOS DEL FRENTE POLISARIO PARTICIPARON EN EL SECUESTRO DE LOS COOPERANTES ESPAÑOLES
Los métodos del Polisario van a ser puestos al descubierto en este artículo pues, la progresía más idiotizada de este país, sin contrastar personalmente un solo dato, se ha propuesto trasladarnos una idea bien diferente a la realidad. Pretenden ‘vendernos’ un Polisario como una maravilla democrática digna de ser imitada; claro está, si observamos que esos mismos ‘progres’ bien pagados, son los mismos que describen a la Venezuela de Hugo Chaves como la ‘democracia perfecta’ o a la Cuba de los Castro como ‘paraíso de la libertad’, hemos de concluir con una llamada de atención. Cuando –estos mismos- nos hablan del Sahara y del Polisario, junto a personajes como Ameitu Haidar u otros, mienten, impostan, incluso mejor que en las mediocres películas que subvencionamos con nuestros dineros a algunos de estos señoritos.
Como muestra un botón[1]
Tomo prestado aquí el texto publicado en su blog por el periodista Juan Poyatos (IBdigital) donde describe un viaje con una caravana solidaria hasta los Campamentos de Tindouf, donde –según los datos del propio Polisario- viven más de 160.000 personas, la verdad es que no tiene desperdicio:
“Una de las mayores decepciones que me he llevado en la vida, y me he llevado muchas, fue por el asunto de los campamentos de refugiados saharauis del sur de Argelia, que visité hace ya años como periodista. Hice el viaje a los campamentos ilusionado, como muchos, por la posibilidad de ayudar a los desterrados saharauis. Sin embargo, la cosa no fue como la había imaginado, ni mucho menos.
Ya me extrañó desde un principio que en aquella larga caravana de vehículos, más de cien, lleváramos dos viejos autobuses de la EMT. Evidentemente, antes de llegar a los campamentos de refugiados, los dos autobuses se atascaron en la arena del desierto. Empujamos todos y, metro a metro, conseguimos hacer llevar los autobuses al centro del campamento principal. Era evidente que aquellos dos vehículos eran totalmente inútiles en el desierto, pero bueno, eso era lo que el Ayuntamiento de Palma había regalado a una asociación para que los entregara en los campamentos. Me explicaron que aquellos autobuses eran para llevar a los niños a la escuela. Yo miré extrañado a mí alrededor, donde todo era arena y los 4x4 ya las pasaban moradas. Me convencí entonces de que aquello no podía ser, los dos autobuses no podía circular por allí de ningún modo.
Al día siguiente la organización nos llevó de visita “turística” por el gigantesco campamento, todos los niños nos hacían mucho caso, las mujeres cantaban a nuestro paso y la megafonía funcionaba a la perfección. Vimos las famosas jaimas, sus bailes típicos, degustamos su te y compartimos muchas de sus costumbres. Pero todo aquello me seguía pareciendo raro, demasiado organizado, como una obra de teatro repetida mil veces.
Decidí “escaparme” la segunda noche de la férrea organización, liderada no sólo por la gente del Polisario, sino también por los españoles de las muchas ONGs que por allí circulaban. Tras la puesta de sol, mientras casi todos dormían, me fui a caminar sólo por entre las mieles de jaimas, hasta que casi me perdí. Desde una de aquellas tiendas me llamó entonces una voz casi callada y muy tímida, entré allí sin dudarlo y contacté así, casi sin darme cuenta, con la “oposición” al Frente Polisario, la férrea organización que dirige la vida en los campamentos. Unos tipos flacos, casi en los huesos, me explicaron en la penumbra de su jaima su versión del conflicto. Como me temía, su percepción era muy diferente de la de la “oficial”. Me explicaron que los opositores al férreo régimen del Polisario eran “trasladados” a lo más profundo del desierto al llegar los periodistas extranjeros.
También me explicaron muchas cosas más, que daría para un libro, pero lo peor vino cuando les pregunté qué harían con los dos autobuses que habíamos traído desde Mallorca hasta la mitad del desierto del Sáhara. Se miraron y me miraron como si yo fuera tonto. Su respuesta me dejó helado: “Los dos autobuses, como casi todo los vehículos que habéis traído, los cambiarán los del Polisario en Argelia o Mali por armas y munición”. Mi cara se quedó blanca como los ojos de uno de aquellos hombres que estaba frente a mí. Cuando vieron que yo miraba fijamente a aquel hombre, que parecía no tener ojos, me dijeron con toda calma: “Son cataratas, las produce la arena del desierto, por eso aquí casi todo el mundo es ciego cuando llega a los cincuenta o sesenta años. Para evitarlo, los suecos nos regalaron 5000 gafas de piscina, pero los “líderes” las guardan en un almacén, por si llega otra vez la guerra y las han de necesitar nuestros soldados. Las gafas llevan ya en ese almacén quince años”.
[1] Http://blogs.ibdigital.net/enfocando/las_mentiras_del_frente_polisario.html
El Polisario contra los Saharauis
Del texto de Juan Poyatos me gustaría llamar la atención sobre algunos aspectos que me parecen sustantivos. Cuando las asociaciones de ‘Amigos del Pueblo Saharaui’, a las que no podemos restar ni un ápice de buenas intenciones y de compromiso social, mueven ‘Roma con Santiago’ para lograr que empresas como la EMT ceda autobuses, por ejemplo, ¿saben que el Frente Polisario los va a cambiar por armas y municiones?. Cuando consiguen centenares de gafas de piscina para evitar las lesiones que la arena del desierto causa en quienes se ven obligados a vivir en él, especialmente niños y mayores…¿saben que se guardan para, en caso de que renazca el conflicto armado, sirva a los combatientes?, ¿conocen estos bien intencionados amigos de los saharauis que a los críticos que hay en los Campamentos son enviados a mitad del desierto cuando llegan las caravanas solidarias?, ¿comparten esos principios antidemocráticos y la crueldad de sus consecuencias?. Sinceramente pienso que no.
Tengo la sensación de que algunos de éstos personajes que en España viven de las subvenciones algo saben de estas actitudes del Polisario, pero nadie las denuncia, porque se juegan futuras ayudas y seguir viviendo de las mismas. Ojo, no soy yo quien saco esta conclusión. Basta acudir a páginas webs y blogs de saharauis pro-polisarios donde se denuncia cómo los ‘jefes’ viven a cuerpo de rey de tales subvenciones, se compran vehículos todo terreno y hasta casas en el extranjero; viajan y se hospedan en buenos hoteles y, así, más de 35 años, para no sólo no conseguir nada, sino que han logrado que la causa saharaui vaya desapareciendo de la escena internacional, cuente con menos apoyos y, si para recuperar una cierta afección recurrieran a la vuelta a las armas, habría que acusarlos de verdaderos y absolutos criminales, pues son conscientes que el desequilibrio es tal, que no sería más que una guerra suicida que sólo podrían ejecutar mediante la técnica de guerrillas, que en una zona como la que estamos hablando puede darle resultado en el corto plazo, pero que pueden llevar a la esquilmación humana de sus seguidores.
Es cierto que el testimonio del periodista Juan Poyatos podría parecer insuficiente, pero no es el único, vayamos a otras denuncias, hechas públicas, por los propios saharauis:
Acudimos a un destacado exdirigente del Polisario que ha decidido denunciar estas tramas de corrupción, casi mafiosas, por parte de quienes dicen defender a los Saharauis y que, en realidad, conforman un grupo que sabe vivir bien a costa de ellos.
Más tarde, ha sido encargado de la intendencia antes de ser nombrado en la pretendida “dirección de la seguridad”, y después director de la seguridad pública de la “media luna roja saharaui”. Fadel Ould Ali Salem fue nombrado también “jefe de seguridad de la tercera zona militar”, puesto que había ocupado hasta su retorno a Marruecos. Si escuchamos a este exlíder del Polisario, que está dispuesto a volver a Tindouf, donde al parecer sus familiares están sufriendo todo tipo de ataques e incluso arrestos domiciliarios, podemos comprobar que tras la supuesta ayuda humanitaria se encuentra una red de corrupción y algo más peligroso que él denuncia, una relación ‘soto voce’ con Al Qaeda en el Magreb Islámico: “Gran parte de las ayudas humanitarias destinadas a los secuestrados en los campos de Tinduf es desviada para financiar las supuestas "zonas militares”, "Esto constituye –dice el exdirigente del Polisario- una violación de los objetivos en cuya base las organizaciones humanitarias envían sus ayudas”, añadió durante una entrevista en Laayun. Fadel Oul Ali Salem puso de manifiesto que “Camiones cisterna, coches todo terreno así como contenedores y productos alimenticios diversos con las siglas de organizaciones humanitarias son desviados hacia zonas militares al servicio de las supuestas ‘unidades militares’”, agregó. "Ahmed Felipe", afirmó igualmente que otra parte de esta ayuda humanitaria (harina, leche en polvo, arroz, aceite y carburante) es desviada por el pretendido “ministerio de comercio” hacia los mercados maliense y mauritano, bajo la supervisión de miembros de la dirección del POLISARIO”. Las declaraciones de Fateh Ahmed Ould Mohamed Fadel Ould Ali Salem, quien fuera conocido con el alias de ‘Ahmed Felipe’, no dejan lugar a dudas.
Los envíos de ayuda al pueblo saharaui son negociados por el Polisario para armas y como contrabando, según un ex-dirigente de seguridad
El exdirigente del Polisario, Fathed Ahmed no es un exdirigente cualquiera, puesto que estuvo incorporado en los servicios de seguridad dirigiendo zonas militares concretas; así podemos recordar de él que nació en 1954 en las cercanías de Smara, se incorporó al “polisario” en 1975, en su ala militar, antes de ser enviado a la base "Al Janine Bourzek" en Argelia donde recibió sus primeros entrenamientos. Después volvió a los campamentos de Tinduf donde volvió a recibir nuevos entrenamientos militares en el campo “N’Khila”.