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PSOE, PP, PSOE, PP suma y sigue. El problemas de las farmacias, hoy en España, es gravísimoy los grandes de la política excluyen a los licenciados en farmacia de susprogramas electorales, para beneficiar a los de siempre como no son potentes y, además, ricos.
La expresión "burbuja inmobiliaria" se haconvertido en algo usual en cualquier tipo de conversación. Ya sea un bar, unapeluquería, un taller mecánico o una tienda de ultramarinos de barrio. Todo elmundo habla de ella y todo el mundo, mejor o peor, sabe lo que es.
Pero hay otra burbuja de la que no se habla. Enrealidad, de ciertos temas, algunos en España prefieren que no se hable nunca.Pero he aquí que un servidor de ustedes, precisamente por ello, quiere en eldía de hoy hablar de esa otra burbuja que afecta a muchas menos personas peroque también encierra otro colosal engaño. Y no sólo por su génesis, sinotambién por las consecuencias que tendrá. Pero vayamos poco a poco.
Todo el mundo sabe que España, la profesión de farmacéutico de oficina, deboticario para que nos entendamos, es una profesión reservada a las éliteseconómicas que las heredan cual si de títulos nobiliarios se tratara, así comode algunos trepas enganchados a la política para conseguir su ansiada boticavía concurso ( por poner un ejemplo, ocho de los once cargos colegiales delColegio de Farmacéuticos de Zaragoza optan al concurso para obtener una nuevafarmacia además de la que ya tienen).
Se da la circunstancia de que en España, las boticas, que teóricamente seotorgan por méritos de dudosa objetividad. También se da la circunstancia deque una vez obtenidas ( la mayoría heredadas, como decimos) las boticas, lalicencia que las soportan, están perfectamente legalizadas para poder serofertadas, compradas, vendidas, hipotecadas....etc como si no se tratara de unaconcesión administrativa concedida en virtud de méritos profesionales oacadémicos, sino que se tratara de cualquier otro bien tangible. Lógicamente, hablamos de la licencia, no del local, que no deja de ser un puro bien inmueble, por muchas vueltas que se les quiera buscar.
El negocio de la compraventa de farmacias sebasa, en pocas palabras, en lo siguiente: Como desde la noche de los tiempos, el Estado destina cada año más dinero al pago de medicamentos, y comoprácticamente el número de farmacias permanece inalterado por los siglos de lossiglos, la consecuencia es que las farmacias, cada año facturan más cantidad dedinero a los servicios públicos de salud. La cuenta por tanto, está clara. Siyo compro una farmacia hoy, de forma que el préstamo que tengo que asumir, mepermite pagar la primera anualidad al banco, al año siguiente podré pagarloigual y me endosaré el incremento de facturación. Esto me hará pasar unos añosun poco apretado, pero con el tiempo Y CADA VEZ MÁS, ese diferencial entre elbeneficio neto que obtuve el primer año y el beneficio neto de los añossucesivos, irá siendo mayor conforme vaya avanzando el tiempo.
Así ha sido siempre y por eso nunca, ninguna botica ha cerrado por dificultadeseconómicas. Pero dicen que no hay bien ni mal que cien años dure y mirenustedes por donde, la juerga se ha acabado. El estado recorta gastos y trasaños de aumentar márgenes, los reduce. Y es ahora cuando a los farmacéuticosque PREFIRIERON COMPRAR UN DERECHO POR EL QUE OTROS COMPAÑEROS SE ESTÁN DEJANDOLA PIEL, no le salen las cuentas. Y no lessalen porque esas cuentas fueron hechas partiendo de unas premisas que empiezana no ser del todo correctas.... "y lo que te rondaré morena cuando pasen las elecciones, gane el quegane".
Pero ojo, los farmacéuticos que vendieron sus licencias, tienen el dinero queobtuvieron de la venta a buen recaudo. Es conveniente en tiempos de tribulacióneconómica tener muy en cuenta a qué bolsillo va a parar la pasta cuando sequiere entender con objetividad cualquier proceso económico.
Ahora la cuenta no sale. El que vendió ya está quitado de en medio. ¿Quésucede entonces? En cualquier otro negocio, en cualquier otra situación de lavida, el inversor que vio reducida su inversión, se aguanta. Pero el mundo dela farmacia es distinto. Analicemos los intereses en presencia. ¿Qué conviene alos actuales titulares de farmacia, aquellos que las tienen más que pagadas, lamayoría herederos de sus ancestros o adquirentes de hace mucho tiempo?Principalmente, conservar el valor de sus boticas para lo cual, es necesarioque los eventuales compradores tengan un mínimo horizonte de prosperidad. ¿Quéconviene al adquirente reciente? Principalmente que le cuadren las cuentas ypoder seguir pagando al banco aunque no coma. Difícil hacer verdadera atenciónsanitaria en esas circunstancias, y no dejarse influir por lo mercantil frentea lo sanitario, ¿verdad?
Vemos pues que pese a tener distintas prioridades vitales, a ambos conviene enúltima instancia lo mismo. ¿Qué ocurre entonces? Pues lo que ustedes estánviendo a diario en los medios "de masas". Ocurre que el lobby farmacéutico ponesus dispositivos de propaganda a trabajar a tope, y ocurre que ustedes verándía sí día no en TV, prensa, y oirán en la radio, historias de compungidos ybalbucientes farmacéuticos que se presentan a la sociedad, no como cobardes queno supieron, pudieron o quisieron luchar por lo que legítimamente lescorrespondía, sino como seres que prefirieron comprar un derecho, un títulomercantil, por supuesto debidamente travestido y arropado de sanitario.
Hubo un tiempo en que los dueños de las grandes farmacias, las familias deraigambre farmacéutica que controlan muchas boticas, pusieron a losfarmacéuticos rurales a hacerles el trabajo sucio de cara a los medios. Ahora, además, están los farmacéuticos de reciente adquisición, que van viendo que lascuentas no le salen y, además, sinesperanzas.
A quienes si le salen, es precisamente a esos tenedores de grandes farmacias, los mismos que controlan la distribución mayorista de gama amplia, los mismosque cohabitan en la peor de las acepciones, con los políticos que bajo eltérmino "regulación", mantienen restringida una actividad que de suyo nonecesita de la restricción en términos sanitarios. Esos son los principales causantesy al tiempo, usufructuarios, de la burbuja farmacéutica.
¿Y quienes son los grandes perjudicados de esta historia? En primer lugar elcontribuyente, que de una forma u otra, tendrá que soportar el reflotamiento delas boticas en crisis. En segundo lugar, el enfermo, que verá que seguiráteniendo un servicio farmacéutico considerablemente inferior al que tendría enrégimen de competencia. Y en tercer y último lugar, los miles de licenciados enFarmacia de reciente titulación que, pese a que podrían abrir sus farmaciascreando empleo estable y de calidad e incrementar el servicio y calidad de laatención farmacéutica, se ven impedidos de poder hacerlo, precisamente por elcontubernio político-mafioso que tienen suscrito los magnates del lobby de lasboticas y los políticos encargados de redactar las leyes farmacéuticas.