Sven y Lennart de Jong, dos primos de la ciudad holandesa de Nieuw-Lekkerland, crecieron en una casa situada al lado de la antigua torre de agua de la localidad, donde jugaban cada día.

En el año 2011, cuando se enteraron de la subasta de la torre, los dos primos decidieron proponer una oferta de 200.000 euros por ella y, finalmente, resultaron ser suficientes para convertirse en los propietarios del edificio, abandonado desde 1915.

Sven y Lennart sabían que tenían mucho trabajo por delante, pero su sueño de hacer de esa torre su hogar podía con cualquier adversidad. Por su empeño y su logro, ambos recibieron el Premio Water Tower 2020, una distinción por la mejor conversión de una torre de agua histórica.

Cuando adquirieron la vieja torre, los dos primos aún eran solteros, pero sabían que ese sería el lugar ideal para que vivieran sus hijos. Más tarde, cuando conocieron a sus cónyuges y revelaron sus intenciones, recibieron el apoyo necesario.

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Lennart y su esposa optaron por mudarse a la torre tan pronto como ella quedó embarazada. Poco tiempo antes de que naciera la niña, la pareja se trasladó a otro lugar temporalmente, pues las largas escaleras de la torre no eran lo mejor para el estado de Arianne.

Ahora, el interior de la torre está completamente transformado y presenta una combinación de elementos industriales y robustos, aunque con cierto toque rural y natural. Sven y Lennart tuvieron que llevar a cabo la instalación eléctrica, aunque todo el esfuerzo valió la pena, pues las dos familias viven en una de las casas más especiales de los Países Bajos.

La torre quedó dividida en dos casas, cada una de seis metros de altura, aunque el tanque de agua, que se encuentra en la parte superior, aún no se ha transformado y es lo suficientemente grande como para convertirse en una tercera casa. Además, los dos primos planean que el techo, completamente plano, sea una terraza.

El jurado que otorgó el Premio Water Tower 2020 apuntó que "las grandes ventanas del piso con vistas al río Lek contribuyen a la calidad de los espacios de la torre y encajan a la perfección con la apariencia robusta (...). El lema de los arquitectos durante el proceso de diseño fue: 'No conviertas una torre de agua en una casa, vive en una torre de agua'. ¡Y esa es exactamente la fuerza de esta remodelación!".