Presuntos responsables de atentado a ciudadanos americanos en Matamoros detenidos por la FGJ local/Vía Twitter)

Pareciera que la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas ha "logrado resolver de forma expedita" el conflicto y crimen internacional más sensacionalista en lo que va del año. Se entrecomilla la oración porque toda la investigación y proceso jurisdiccional que sigue el asesinato y secuestro de visitantes estadounidenses a Matamoros levanta suspicacias. Primero, la policía local se ha mantenido muy hermética y renuente a informar sobre el asunto, segundo, el fiscal Irving Barrios y Américo Villarreal el gobernador de Tamaulipas han sido sometidos a mucha presión pública por lo que no extrañaría que buscasen la forma de salir de foco sea como sea. El pasado 3 de marzo se grabó en la ciudad fronteriza de Matamoros un vídeo donde se detuvo una camioneta blanca con placas de Carolina del Sur y hombres armados secuestraron a los pasajeros del vehículo abriendo fuego (una de las balas mató instantáneamente a una transeúnte). El vídeo se viralizó en Facebook y más redes sociales y desde entonces cobró gran resonancia nacional porque se supo que los secuestrados eran extranjeros, específicamente americanos. Y ahí comenzó toda la parafernalia para lograr el rescate, luego la repatriación y ahora la detención de los delincuentes implicados. En todo esto la policía y fiscalía local no habían aportado respuestas contundentes, salvo que las víctimas fueron halladas en una garita cercana a playa Bagdad y que el cuidador de dicha garita había sido detenido. Dos de los secuestrados fueron asesinados por sus captores y uno herido en la pierna. Después a días del secuestro apareció en la ciudad una manta con una disculpa escrita firmada por el Cartel del Golfo y al lado cinco sujetos amagados quienes supuestamente fueron los culpables del delito, que actuaron de forma personal y sin recibir órdenes de superiores en el Cartel. 

(Turistas americanos que sufrieron el secuestro/Imagen Vía Twitter)

Estos cinco sospechosos ya fueron arrestados desde el día 9 de marzo y hoy 11 de marzo se ha girado la orden judicial de vinculación a proceso, es decir, les espera un juicio y sentencia. Sin embargo, es muy fácil notar como esto parece más bien un montaje para zafar, pues resulta bastante pueril creer que estos individuos actuaron "sin avisar" a sus jefes sabiendo que no es la forma de operar convencional de las células criminales cuyos miembros conocen de la furia de sus líderes y temibles consecuencias, además de que el móvil no es claro pues dichos sujetos no ganaban nada con esta forma de actuar (ni dinero ni el aplauso de sus superiores). Es pues esto un absurdo y mas creíble que hayan sido incriminados para aceptar la culpa, tal como es habitual con la corrupción para tapar a la gente más poderosa y sus coluciones (jefes de carteles y fiscales). El embajador estadounidense Ken Salazar se ha mostrado intransigente sobre la obtención de justicia y es quien debe aguzar más la vista para que no le den gato por liebre. Incluso los medios americanos como LA Times y el New York Times se han aventurado más allá con los móviles como la teoría de que los turistas fueron confundidos con una amenaza de dealers para el cartel del Golfo pues todos ellos tienen antecedentes penales sobre drogas o ventas de ellas. Es más, nadie se ha preguntado si el motivo real de la visita a Matamoros fuera la famosa "operación estética" y no una pequeña entrega de mercancía. Entonces todo cobraría sentido, el cartel del Golfo acribillando a nuevas mulas de otro cartel es la cosa más congruente del mundo. El caso pues puede cobrar muchas perspectivas y está más abierto que nunca aunque el gobierno tamaulipeco nos quiera hacer creer lo contrario.