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Es una bacteria que infecta el epitelio gástrico humano. Muchas úlceras y algunos tipos de gastritis se deben a esta infección.
En muchos casos, los sujetos infectados nunca llegan a desarrollar ningún tipo de síntoma, a raíz de que esta bacteria vive exclusivamente en el estómago humano, siendo el único organismo conocido que puede subsistir en un ambiente tan extremadamente ácido.
En 1983 (fecha en que fue re-descubierta la bacteria) el 95% de los pacientes con gastritis tenían Helicobacter Pylori positivo. La prevalencia de la infección hoy en día es de 35% en países desarrollados y 60% en países en vías de desarrollo. La bacteria ha sido aislada de las heces de la saliva y de la placa dental de los pacientes infectados, lo cual sugiere una ruta gastro-oral o fecal-oral como posible vía de transmisión.
Medios de Transmisión
Métodos de diagnóstico
La detección de anticuerpos específicos en una muestra de sangre del paciente o de heces, utilizando antígenos.
Prueba del aliento con urea, en la cual el paciente bebe urea marcada con 14C o 13C, produciéndose posteriormente (debido al metabolismo de la bacteria) dióxido de carbono marcado, el cual es detectado en la respiración.
Por medio de una biopsia, en la cual se mide la ureasa activa en la muestra extraída (el denominado ‘test rápido de la ureasa’).
Muestra histológica o de un cultivo celular.
La PCR (reacción en cadena de la polimerasa), la cual permite también identificar genes asociados a virulencia (CagA y VacA).
Tipos de Infección
La infección puede ser sintomática o asintomática. Para los pacientes asintomáticos no se recomienda tratamiento, sin embargo, para los que si lo presentan, se recomienda la triple terapia utilizada por primera vez por Thomas Borody en 1987, que consiste en un inhibidor de bomba protónicas y dos antibióticos. Esta terapia revolucionó el tratamiento de las úlceras y gastritis, pero desafortunadamente ha habido mucha resistencia a los antibióticos de primera línea, y se ha implementado la cuádruple terapia que incluye bismuto. También se ha encontrado resistencia y hoy se recomienda hacer estudios de antibiograma y sensibilidad.
En 1994, la agencia americana ‘The Nacional Institutes of Health’ recomendó el tratamiento con antibióticos.