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Un salto que deviene en mortal

07/01/2017 16:30 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

En el último año se han producido en el Mundo 36 accidente mortales de salto B.A.S.E. de traje con alas. Un deporte peligrosos, con variantes más peligrosas aún como el “proximity”. Se han producido 321 accidentes desde sus inicios a principios de los años 80 del pasado siglo

El salto base o el traje con alas son bien conocidos entres los amantes de los deportes de riesgo. Es muy divertido ingresar en YouTube y ver imágenes de salto B.A.S.E. o vuelos espectaculares de traje con alas en los cuales los protagonistas pasan a metros de accidentes orográficos, cuando no los atraviesan.

Esa es la parte amable y heroica de estos deportes de riesgo, pero estos tienen una faz más siniestra, como es la alta tasa de accidentes, muchas veces mortales, que se producen. En este año 2016 que ha terminado, han fallecido 36 saltadores de traje con alas.

El traje con alas es solo el inicio

 

Vídeo - Squeezer Andersson

Tal como leemos en El País el traje con alas está formado por un conjunto de paneles y bolsillos que se llenan de aire y que permiten el planeo. De hecho existe todavía una variante más peligrosa de traje con alas; es la denominada proximty.

Este tipo de saltos se llaman B.A.S.E. por ser el acrónimo en inglés de Building, Antenna, Span y Earth y fue denominado así por el pionero de este deporte, Carl Boenisch, que comenzó a realizar ese tipo de saltos en las postrimerías de los años 70 del pasado siglo.

En sus orígenes el salto B.A.S.E. se realizaba con paracaídas desde puntos fijos como edificios, antenas, torres eléctricas, puentes o paredes. Con la evolución de las técnicas de salto, se puede considerar que el salto en paracaídas es seguro, no así el de traje con alas, como así lo demuestra las 36 lápidas donde descansan los restos de los pilotos de traje con alas fallecidos este año.

En pocos años se ha pasado de saltos en paracaídas que permitían un ligero planeo antes de tomar tierra a literalmente poder volar. Con un traje con alas y dependiendo desde donde se salte es posible planear durante kilómetros.

Sin embargo, como en todo deporte de aventura – es la forma políticamente correcta de decir deporte de riesgo – hay quien siempre logra rizar el rizo. Ya se ha inventado el proximity. Esa nueva escuela de vuelo considera que solo volar es demasiado fácil y realiza vuelos que tratan de acercarse lo más posible a accidentes orográficos, tal como podemos ver en este vídeo de What`s the Next

En Youtube, es posible ver vídeos en donde el límite ahora es rozar las copas de los árboles o inclusive atravesar arcos de roca natural. El límite muchas veces solo está en la imaginación de los pilotos o en la asunción de riesgo por parte de estos acróbatas del aire.

Principios aerodinámicos y primeros muertos

Los trajes con alas pueden planear por algo tan sencillo como que los bolsillos con que cuentan los trajes con alas se llenan de aire presurizado lo que permite la sustentación del acróbata. Sin embargo una vez que el traje se ha llenado de aire, piernas y brazos quedan completamente rígidos hasta que el saltador decide abrir el paracaídas.

El primer fallecido por practicar salto B.A.S.E. lo fue en el año 1981 y se llamaba William Harmon. A día de hoy los fallecidos - tanto en salto B.A.S.E. como de traje con alas – ascienden a 312. Lo que ha hecho saltar todas las alarmas es que solo en el año 2016 han fallecido 36 saltadores.

Chamonix prohíbe los vuelos con traje con alas

Chamonix prohíbe los vuelos con traje con alas

Imagen - Cristian Bortes

Tanto es así que Chamonix ha prohibido el salto B.A.S.E. de traje con alas, según informa Desnivel. El detonante de la prohibición ha sido el accidente de un piloto ruso que se estrelló contra un chalet. De siempre la localidad francesa había sido una de las mecas del salto B.A.S.E. y de un tiempo a esta parte también de los vuelos de traje con alas.

Tal importancia estaban tomando los saltos con traje con alas que la revista local Altus ilustraba la portada de su último número con un despegue con salto de traje con alas desde Aiguille du Midi, una de las cumbres preferidas para los saltos. El año pasado se contabilizaron más de 2.000 saltos de traje con alas en esa comuna francesa.

El pasado año 2016 se saldó con cinco muertos según ha contabilizado la revista especializada BLiNC. Los fallecidos son el italiano Dario “Banana” Zanon, el estadounidense John Van Horne, el británico Dave Reader y el noruego Alexander Polli.

A día de hoy los fallecidos - tanto en salto B.A.S.E. como de traje con alas – ascienden a 312. Lo que ha hecho saltar todas las alarmas es que solo en el año 2016 han fallecido 36 saltadores

Pero la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de las autoridades de la comuna francesa de Chamonix ha sido el accidente del ruso Ratmir Nagimyanov que se destrozó primero contra un terraplén para acabar empotrado en un chalet en el valle.

El pasado 3 de octubre, Nagimyanov saltaba con traje de alas desde la cima del Aiguille de Midi, a 3.800 metros sobre el nivel del mar. El accidente lo provocó que el paracaídas no se abrió, lo que hizo que el ciudadano ruso impactara contra un terraplén de tierra para acaba empotrado en un chalet, que por fortuna no estaba todavía habitado.

Son muchos los escaladores extremos que se han aficionado, primero al salto B.A.S.E. clásico y después al traje con alas. Muchos de ellos han fallecido practicándolo, como es el caso de la escaladora norteamericana Steph Davis y del saltador Mario Richard.

Estos dos saltadores se casaron en lo alto de una pared, y cuando el cura les dio su bendición, se dieron la vuelta y se lanzaron a volar con traje con alas. En el 2013, en un salto B.A.S.E. de traje con alas, fallecía Mario Richard por no poder abrir su paracaídas.

Historia del traje con alas

Historia del traje con alas

Imagen - BatCam Photography

El inventor del traje con alas fue el paracaidista francés Patrick Gayardon en 1994 que en saltos desde avión, solo cuatro años después, realizaba largos vuelos a 180 kilómetros por hora volando en ángulo de 45 grados.

A día de hoy los pilotos de traje con alas pueden lograr velocidades de hasta 250 kilómetros por hora. El traje no se llena de aire presurizado hasta tres segundos después de lanzarse de la pared, lo que implica una caída libre de entre setenta y ochenta metros.

Una vez en vuelo se orienta el rumbo con giros instintivos de brazos, manos o inclusive con movimientos de cabeza.

La alta siniestralidad que se está produciendo debido a que los saltadores no tienen la debida preparación. Una evolución adecuada para ser piloto de traje con alas implica realizar un curso de paracaidismo, otro curso de salto de avión con traje con alas. Después se comienza a hacer salto B.A.S.E. con paracaídas para por último pasar al salto desde pared con traje con alas.

Una formación coherente en salto B.A.S.E. y traje con alas alcanza los 10.000 euros. El precio de los trajes con alas suele estar entre los 1.000 y 2.000 euros y un buen paracaídas sale por 3.000 euros.

Tal como refieren muchos saltadores del traje con alas, ese tipo de salto es adictivo. Se salta, y se vuelve a saltar y cada vez se quiere más, arriesgar más y si has empezado con vuelos de traje con alas tradicional terminas, tarde o temprano, haciendo proximity.

La hamaca gigante de G.G.B.Y. en Utah

 

Vídeo - Kevin Buckingham

Finalmente, como en otros deportes extremos, el salto B.A.S.E. acaba generando una comunidad, muchas veces muy bien avenida, que acaba desarrollando nuevas iniciativas. Una de ellas es la de G.G.B.Y. que ha reunido a diversos practicantes de deportes extremos en una hamaca gigante en el desierto de Utah (Estados Unidos), tal como informa El Mundo.

Entre los deportistas extremos que se van a reunir en la concentración hay desde funambulistas, practicantes de salto B.A.S.E. con paracaídas y pilotos de traje con alas. La hamaca, la más grande que se ha construido nunca en el planeta, ha sido bautizada con el nombre de Space Net.

Tal como informa Miles Daisher, miembro del Red Bull Air Force, de lo que se trata es de aunar experiencias para crear una nueva gama de deportes. La ubicación en el desierto de Utah es singular ya que se puede practicar desde la hamaca un buen número de deportes de riesgo: escalada, slacklining (andar sobre una cuerda tensada entre dos extremos), highlining (hacer acrobacias en una cuerda tensada entre dos extremos), Paramotor y salto B.A.S.E.

Tal como matiza Terry Acomb – uno de los fundadores de G.G.B.Y. - lo más excitante de esta concentración es que muchos de estos deportes que se realizan a pocos metros del suelo, como el slackline, en esta hamaca gigante se hacen a muchos centenares de metros del suelo.

Los trajes con alas pueden planear por algo tan sencillo como que los bolsillos con que cuentan se llenan de aire presurizado lo que permite la sustentación del acróbata


Sobre esta noticia

Autor:
Gonzalo Sánchez Del Pozo (197 noticias)
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