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Una situación difícil, requiere un gran discurso; El espíritu Roosvelt y el famoso "a lo único que hay que temer es al miedo"

20/08/2013 13:50 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Autor: Carlos Benjamín Fecha: Jueves 15 de agosto de 2013 Publicado a las 11:39 horas (GMT+1 Madrid)

Franklin D.Roosvelt, uno del reducidísimo grupo que encuadramos dentro de los presidentes del gobierno de la historia de Estados Unidos de América el 4 de marzo de 1933, en medio de la Gran Depresión, pronunció un gran discurso de investidura e hizo una afirmación elocuente de esas que quedan grabadas en nuestrar retinas y cerebros al leerlas afirmó que "a lo único que hay que temer es al miedo".

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Les Adjunto el discurso de Roosvelt, con la mejor traducción que me ha sido posible.

"Presidente Hoover, Sr. Presidente del Tribunal Supremo, amigos míos: Este es un día de consagración nacional. Y estoy seguro de que en este día mis conciudadanos esperan que en mi iniciación en la Presidencia me referiré a ellos con un candor y una decisión que la situación actual de nuestro pueblo impulsa. Este es preeminentemente el momento de decir la verdad, toda la verdad, con franqueza y audacia. Tampoco es necesario que nos encojamos de enfrentar honestamente las condiciones de nuestro país en la actualidad. Esta gran nación perdurará como ha perdurado, revivirá y prosperará. Así, en primer lugar, permítanme afirmar mi convicción de que la única cosa que tenemos que temer es al miedo mismo - sin nombre, irracional, el terror injustificado que paraliza los esfuerzos necesarios para convertir el retroceso en avance.

En las horas sombrías de nuestra vida nacional de un liderazgo de la franqueza y de vigor se ha encontrado con que la comprensión y el apoyo de la gente misma, que es esencial para la victoria. Y estoy convencido de que se le volverá a dar ese apoyo al liderazgo en estos días críticos. En un espíritu de mi parte y la suya nos enfrentamos a nuestros problemas comunes. Se refieren, gracias a Dios, sólo las cosas materiales. Los valores se han reducido a niveles fantásticos, los impuestos han subido, nuestra capacidad de pago ha disminuido, el gobierno de todo tipo se enfrentan grave reducción de los ingresos, los medios de intercambio están congelados en las corrientes de comercio, las hojas marchitas de mentira empresa industrial en todas partes, los agricultores no encuentran mercados para sus productos, y los ahorros de muchos años de miles de familias se han ido.

Más importante aún, una gran cantidad de ciudadanos desempleados se enfrentan al problema de la existencia sombría y un número igualmente grande de esfuerzo con pocos resultados. Sólo un optimista tonto puede negar las realidades oscuras del momento. Y sin embargo, nuestra angustia proviene de ninguna falta de la sustancia. No estamos afectados por ninguna plaga de langostas. En comparación con los peligros que nuestros antepasados conquistaron porque creyeron y no tenían miedo, tenemos todavía mucho que agradecer.

La naturaleza sigue ofreciendo su generosidad y los esfuerzos humanos se han multiplicado. Mucho está en nuestra puerta, sino un uso generoso de ella languidece en la misma vista de la oferta. Principalmente esto se debe a que los gobernantes de los intercambios de bienes de la humanidad no han logrado, a través de su propia terquedad y su propia incompetencia, han admitido su fracaso, y abdicado. Las prácticas de los cambistas sin escrupulosos permanecen, acusados en el tribunal de la opinión pública, rechazada por los corazones y las mentes de los hombres. Es cierto que han intentado, pero sus esfuerzos han sido emitidos en el patrón de una tradición desgastado. Frente a la insuficiencia de los créditos que han propuesto sólo el préstamo de más dinero.

Despojado del afán de lucro por lo que para inducir a nuestra gente a seguir su falso liderazgo, han recurrido a las exhortaciones, suplicando con lágrimas de confianza recuperada. Sólo saben las reglas de una generación de egoístas. No tienen visión, y cuando no hay visión el pueblo perece. Sí, los cambistas han huido de sus altos puestos en el templo de nuestra civilización. Ahora podemos restaurar ese templo a las antiguas verdades. La medida de la restauración consiste en la medida en que aplicamos los valores sociales más nobles que el mero beneficio económico.

La felicidad no consiste en la mera posesión de dinero, sino que reside en la alegría del logro, en la emoción del esfuerzo creativo. La alegría y el estímulo moral del trabajo no deben ser olvidados en la carrera loca de los beneficios evanescentes. En estos días oscuros, mis amigos, valdrá la pena todo lo que nos cuestan si nos enseñan que nuestro verdadero destino no es para ser servido sino para servir a nosotros mismos y a nuestros semejantes.

El reconocimiento de la falsedad de la riqueza material como el estándar de éxito va de la mano con el abandono de la falsa creencia de que los cargos públicos y de alta posición política se valorarán únicamente por las normas de un lugar de honor y el beneficio personal, y no debe ser fin a una conducta en la banca y en los negocios que con demasiada frecuencia se ha dado a un encargo sagrado la semejanza de delito cruel y egoísta. No era de extrañar que la confianza languidece, porque sólo prospera en la honestidad, el honor, en el carácter sagrado de las obligaciones, en materia de protección fiel, y en el desempeño desinteresado, sin ellos no se puede vivir.

Restauración de llamadas, sin embargo, no por cambios en la ética por sí solos. Esta nación está pidiendo para la acción, y la acción ahora. Nuestra mayor tarea principal es poner a la gente a trabajar. Esto no es un problema insoluble si nos enfrentamos con sabiduría y valentía. Se puede llevar a cabo, en parte, mediante la contratación directa por el propio Gobierno, el tratamiento de la tarea como trataríamos a la emergencia de una guerra, pero al mismo tiempo, a través de este trabajo, logrando muy necesaria proyectos para estimular y reorganizar el uso de nuestro gran los recursos naturales.

De la mano con la que debemos reconocer francamente el perder el equilibrio de la población en los centros industriales y, mediante la participación a escala nacional en la redistribución, tratará de proporcionar un mejor uso de la tierra para los más aptos para la tierra. Sí, la tarea puede ser ayudada por los esfuerzos definidos para aumentar los valores de los productos agrícolas y con ello el poder de compra de la producción de nuestras ciudades.

Esto se puede evitar mediante la prevención de manera realista la tragedia de la creciente pérdida a través de la exclusión de los pequeños hogares y nuestras granjas. Puede ser ayudado por la insistencia de que la Reserva Federal, el Estado y los gobiernos locales actúan inmediatamente sobre la demanda cuyo coste se reduce drásticamente. Puede ser ayudado por la unificación de las actividades de socorro que hoy son a menudo dispersas, antieconómicas y desiguales. Puede ser ayudado por la planificación nacional para y supervisión de todas las formas de transporte y de las comunicaciones y otros servicios públicos que tienen un carácter definitivamente público.

Hay muchas maneras en que se puede ayudar, pero nunca se les puede ayudar con sólo hablar de ello. Tenemos que actuar. Tenemos que actuar con rapidez. Y, por último, en nuestro avance hacia una reanudación de los trabajos que necesitamos dos garantías contra el retorno de los males del viejo orden, tiene que haber una supervisión estricta de todos los servicios bancarios y los créditos e inversiones, hay que poner fin a la especulación con el dinero de otras personas, y debe prevalecer la posibilidad de una moneda adecuada. Estos, mis amigos, son las líneas de ataque.

Voy a instar a la actualidad en un nuevo Congreso en medidas detalladas período extraordinario de sesiones para su cumplimiento, y voy a buscar la ayuda inmediata de los 48 estados. A través de este programa de acción nos dirigimos a poner nuestra propia casa en orden nacional y hacer balance de los ingresos egresos.

Nuestras relaciones comerciales internacionales, aunque muy importantes, son en cuanto al tiempo y la necesidad secundaria a la creación de una economía nacional sólida. Estoy a favor de una política práctica de la puesta del primero es lo primero. Voy a escatimar esfuerzos para restablecer el comercio mundial por reajuste económico internacional, pero la situación de emergencia en el hogar no puedo esperar a ese logro. La idea básica que guía estos medios específicos de recuperación nacional no es estrictamente nacionalista. Es la insistencia, como un primer examen, sobre la interdependencia de los distintos elementos en todas partes de los Estados Unidos de América - el reconocimiento de la antigüedad y permanentemente importante manifestación del espíritu americano de los pioneros.

Es el camino de la recuperación. Es la forma más inmediata. Se trata de la mayor seguridad que la recuperación perdurará. En el ámbito de la política mundial que iba a dedicar a esta nación a la política del buen vecino - el vecino que resueltamente se respeta a sí mismo y, porque lo hace, respeta los derechos de los demás - el vecino que respeta sus obligaciones y respeta la santidad de sus acuerdos en y con un mundo de vecinos. Si leo el temple de nuestro pueblo correctamente, ahora nos damos cuenta que nunca hemos dado cuenta antes de nuestra independencia el uno del otro, que no podemos más que tomar, pero tenemos que dar, así, que si queremos avanzar, tenemos que movernos como un ejército entrenado y leales dispuestos a sacrificarse por el bien de una disciplina común, ya que sin tal disciplina no se puede hacer ningún progreso, ningún liderazgo se hará efectivo. Somos, lo sé, listos y dispuestos a someter nuestras vidas y nuestra propiedad a tal disciplina, ya que hace posible un liderazgo que tiene como objetivo el bien más grande.

Esto me propongo ofrecer, prometer que los efectos más grandes se unirán a nosotros, se unen a todos nosotros como una obligación sagrada con una unidad de trabajo hasta el momento evocado sólo en tiempos de conflicto armado.

Con este compromiso tomado, asumo sin vacilar el liderazgo de este gran ejército de nuestras personas dedicadas a un ataque disciplinado a nuestros problemas comunes. La acción en esta imagen, la acción en este sentido es factible bajo la forma de gobierno que hemos heredado de nuestros antepasados. Nuestra Constitución es tan simple, tan práctica que siempre es posible satisfacer las necesidades extraordinarias por los cambios en el énfasis y la disposición sin pérdida de forma esencial.

Es por ello que nuestro sistema constitucional ha demostrado ser el mecanismo político más duradero magníficamente que el mundo moderno ha visto. Se ha reunido todo el estrés de la gran expansión del territorio, de las guerras extranjeras, de amarga lucha interna, de las relaciones mundiales.

Y es de esperar que el equilibrio normal de la autoridad ejecutiva y legislativa pueda ser totalmente adecuada para cumplir con la tarea sin precedentes que tenemos ante nosotros. Pero puede ser que una demanda sin precedentes y la necesidad de acción retardada pueden llamar para la salida temporal de ese equilibrio normal de explotación pública.

Estoy preparado bajo mi deber constitucional de recomendar las medidas que un país asolado por en medio de un mundo asolado por la necesite. Estas medidas, o cualquier otra medida que el Congreso puede construir fuera de su experiencia y sabiduría, que procurarán, dentro de mi autoridad constitucional para llevar a la rápida adopción. Pero en el caso de que el Congreso no deje de tomar uno de estos dos cursos, en el caso de que la emergencia nacional siga siendo fundamental, no debe eludir la clara línea de trabajo que luego me confronta.

Pediré al Congreso por el instrumento que queda para enfrentar la crisis - un amplio poder ejecutivo para librar una guerra contra la emergencia, tan grande como el poder que se daría a mí si estábamos de hecho invadido por un enemigo extranjero. Por la confianza depositada en mí, voy a devolver el valor y la devoción propios de su tiempo. No puedo hacer menos.

Nos enfrentamos a los días difíciles que nos esperan en el valor caliente de la unidad nacional, con la conciencia clara de buscar los valores morales antiguos y preciosos, con la satisfacción limpia que proviene de la actuación de popa del deber por viejos y jóvenes por igual. Nuestro objetivo es la garantía de una redondeada, una vida nacional permanente. Nosotros no desconfiamos del futuro de la democracia esencial. El pueblo de los Estados Unidos no ha fallado. En su necesidad de haberse registrado un mandato que ellos quieren, acción vigorosa directa.

Han pedido la disciplina y la dirección bajo el liderazgo. Me llaman el presente instrumento de sus deseos se han hecho. En el espíritu del don supongo. En esta dedicación de una nación humildemente pedimos la bendición de Dios. Que Dios proteja a todos y cada uno de nosotros. Que él me guie en los días venideros.

El presidente Franklin D. Roosevelt - 04 de marzo 1933

El miedo de Roosvelt tenía nombre y apellidos, era el temor de los gobiernos a cambiar su política macroeconómica que habían incrementado los efectos de la crisis financiera durante la gran crisis, la gran depresión.

Dando lugar como resultado a un paro masivo y una cantidad aun mayor de trabajadores desanimados sin esperanza que la situación económica experimentara un vuelco hacia el crecimiento.

La austeridad no es algo nuevo, de hecho, el ser humano es tan estúpido, que vio la piedra en la que tropezó por primera vez, se convenció a sí mismo diciendo alto y claro "he aprendido la lección" e incluso frases de gran elocuencia del tipo "las generaciones futuras no deben cometer el mismo error" y al final, cuando de nuevo ve la piedra y sabe que tropezó, cayó y estuvo a punto de no poder levantarse por el fuerte golpe, cae nuevamente y con mayor virulencia.

La señora Merkel, con su gran economía, ha optado en la actualidad por ir a la vanguardia y ser la primera en implantar las políticas de austeridad y en muchos casos de imponer a otras economías. Por otro lado, la administración Obama, en Estados Unidos, no se ha quedado atrás a la hora de meter las tijeras y dejar los telediarios plagados de conceptos como el famoso "abismo fiscal".

Pero yo no estoy aquí para definir esos conceptos, para eso están los diccionarios económicos. Les estoy haciendo ver (o al menos intentándolo), que por desgracia, la gran depresión se parece mucho a la crisis actual, salvo una pequeñez, la actual es bastante peor.

Porque el miedo, es mayor. Entre 1930 y 1933 ya se aplicaron políticas de austeridad. Sí, y muy severas. ¿Pueden imaginar quiénes fueron los encargados de difundirlas por medio mundo? En Estados Unidos, el encargado fue Herbert Hoover (la famosísima administración Hoover, y que tanto y tanto dio que hablar).

En Alemania, el canciller Heinrich Brüning. El miedo, se extendió al pánico, la inestabilidad económica se convirtieron en política y social.

El miedo, hizo terror, el terror diezmó a la población con la llegada de la segunda guerra mundial, el conflicto bélico más cruento de la historia de la raza humana

Esperemos que en la actualidad veamos antes la luz, esta crisis ya ha dejado bastante oscuridad.


Sobre esta noticia

Autor:
El Economist (1190 noticias)
Fuente:
eleconomist.com
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Tipo:
Reportaje
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