Después de haber estado diez años con un mal dormir, un sueño interrumpido, no descansar bien por las noches, despertarte en mitad de la noche y no conciliar el sueño nuevamente sino después de horas para solo despertarte en la mañana, cansado y trasnochado, sin tener el chance recuperar el cuerpo y la energía. Comienzas a llevar una vida donde el cansancio es parte de cotidianidad y te acostumbras a tal punto que ya no recuerdas como se sentía siquiera amanecer bien y con energía y descansado.

Recientemente descubrí y gracias a al estar obligado y encerrado a la cuarentena del Coronavirus que tenía que cuidarme, bajara de peso, comer, mejor, dormir, bien hacer ejercicio, lo cual, a decir verdad, siempre solo estaba muy cansado y no lo sabía ya estaba en mi estado natural sentirme así y acompañado de un pequeño mal humor en conjunto que ni había detectado, solo sabía que cada vez era más intolerante a muchas cosas de mi vida diaria y pensaba que este era el nuevo “Estatus quo”.

Pero no es así, volví a la vida, duermo de nuevo de siete a ocho horas seguidas sin interrupciones y es la gloria. Me siento bien, contenta, quiero hacer cosas, me levanto con ganas de iniciar el día, no me molestan cosas ni el mal humor dela gente a mi alrededor, y lo primero que les pregunto; ¿estas durmiendo bien? y sus respuestas me dicen todo…

“Descansa. Aunque muchas veces a lo largo de la vida nos vemos obligados a trabajar a horas en que normalmente ya estaríamos dormidos, una persona que en general no logra descansar adecuadamente puede convertirse en una carga para los demás. Las personas cansadas no están alerta. Pueden cometer errores. Sufren accidentes. Justo cuando las necesitas pueden dejarte toda la carga de trabajo. Ponen en peligro a los demás. Insiste en que la gente que no descansa apropiadamente, lo haga.” L. Ronald Hubbard www.elcaminoalafelicidad.mx @waytohappinesstampa