Era mediodía en la Escuela al Campo, en Camagüey. Fui directo a la cubeta de agua, llené mi cantimplora y de un tirón la vacíe en mi boca. Parece que el gesto no fue muy elegante porque una profesora me susurró: "Disfrútala, saboréala. No te la tomes de un ...
04/03/2010