Cada vida es un mundo. Y, sin embargo, podemos decir que existen numerosas formas de vivirla que podemos agrupar y estudiar, tanto como para permitirnos aconsejar en torno a ellas. Una de las maneras que poseen muchos para conducir su vida es la de trabajar y estudiar al mismo tiempo. Posiblemente sea esta una de las maneras más sencillas para lograr lo que deseamos. Pero en buena parte de los casos las personas suelen estar sobrepasadas al tener que trabajar y estudiar al mismo tiempo. No hay que preocuparse: trabajar y estudiar es posible. Pero hay que tener mucha prudencia y coraje.

El tiempo: el primer reto

Una de las formas principales formas que podemos encontrar para conseguir estudiar y trabajar al mismo tiempo es la de calcular nuestro tiempo. Algo sagrado que presentimos en él nos lleva a suponer que contarlo, saberlo, es profanarlo. Pero lo cierto es que si deseamos una buena organización el tiempo es lo primordial.

Para hacer algo con él, tendremos que saber que nuestro tiempo estará dividido: viviremos como en dos mundos que no necesariamente van a estar separados. Luego habremos de ser conscientes que cada mundo tiene su tiempo con sus leyes. Es decir, del trabajo tendremos actividades específicas que cumplir al igual que de nuestras clases. Pero todo será posible.

La organización con método

La primera sensación, el primer pensamiento que tenemos presente apenas sabemos que necesitamos trabajar y estudiar al mismo tiempo es que debemos organizarnos. Pero una organización está destinada al fracaso si se hace sin método. Es como querer buscar un seguro y no consultar un comparador de seguros. Pero, ¿de qué se trata ese método?

Es sencillo: es saber cuáles son nuestros deberes y cumplirlos a tiempo. Si queremos lograr lo que deseamos, cada ítem ha de ser una pieza importante para lograrlo. Y encariñarnos con cada paso tanto como lo hacemos con el final.

La importancia del ocio

Existe todavía un punto más que habremos de considerar: el descanso. Como sabemos, dejar de descansar puede ser una acción sumamente perjudicial para nuestra salud. Pero tampoco se trata de dedicarle todo el tiempo a ello. El balance, el equilibrio es la gran clave acá, no tan difícil de lograr como generalmente se piensa.

El ocio es la economía del descanso. ¿Qué quiere decir esto? Que si cumplimos en la semana con las horas recomendadas de sueño y con una buena alimentación, sin tener que ser estricta, ya las horas que dediquemos a entretenernos con lo que más nos gusta son las más apreciables de todas ellas.