Hasta ahora, la mayoría de las personas se cuidan unos a otros llevan máscaras que les cubren la boca y la nariz. Por lo general, estas máscaras son útiles y bastante sencillas. Algunos están en colores o estampados, negro básico o papel azul estándar. Hay variaciones, como bandanas o pasamontañas. Estoy esperando alguna innovación real. Si esto va a durar más y más meses, debe ser más divertido. O tal vez solo necesitamos muchas variaciones de tonos de piel, para que podamos enmascarar de una manera más sutil, y una apariencia sin boca se volverá normal. Eso da miedo.

Las máscaras, en su mayor parte, tienen solo una ligera protección, que se multiplica a medida que más y más personas las usan. Dado que nada menos que el equipo de buceo puede ser totalmente efectivo por sí solo, nos volvemos dependientes del comportamiento considerado de los demás. No solo un comportamiento cortés, sino un comportamiento bien meditado teniendo en cuenta el mundo que los rodea y cómo lo que hacen cambia ese mundo.

Estos extraños tiempos de Coronavirus requieren interesantes expansiones de pensamiento. Quizás podamos expandirlo más hacia la estética y la alegría. Uno de los derechos humanos básicos es el derecho a jugar. Está contemplado en el artículo 24 de la Declaración Universal de Derechos Humanos. El filósofo moderno L. Ronald Hubbard dijo: "Los derechos humanos deben ser una realidad, no un sueño idealista". Www.jovenesporlosderechoshumanos.mx  @Humanrightstampa