No han pasado todavía dos semanas desde que un accidente de tráfico acabó repentinamente con la vida del cantante Álex Casademunt, pero para la familia es como si hubiera pasado una eternidad.

Sobrellevan con entereza admirable una ausencia que todavía no se creen y agradecen los mensajes que reciben en sus teléfonos móviles y a través de las redes sociales. No dejan a nadie sin respuesta. Ni siquiera se oponen a responder a las respetuosas llamadas de la prensa con una gentileza y aplomo dignos de reconocimiento.

Son reflejo de la personalidad dadivosa de Álex, que había grabado dos singles que verán la luz en las próximas semanas. Proclamas idealistas que no solo evidenciaban las ganas de vivir del cantante, sino también que su talento no fue del todo reconocido. La balada en la que habla de un amor que se apaga es uno de sus mejores temas y la familia lo hará público cuando los derechos y las formalidades queden resueltos.

Ahora la familia permanece pendiente de los avances de la investigación sobre el fatal accidente. Aunque hay algunas dudas sobre lo ocurrido, las primeras conclusiones refieren que el exceso de velocidad del coche que conducía Casademunt pudo ser clave en el impacto que sufrió contra un autobús.

También se siguen depurando responsabilidades sobre la filtración de la noticia del fallecimiento en redes sociales por parte, al parecer, de un miembro del equipo que se encargó de socorrer a la víctima y que, en efecto, vulneró la ética profesional y la protección de datos. Un asunto que podría no tener un final demasiado halagüeño para el acusado si finalmente la familia decide emprender acciones legales en su contra. Habrá que esperar a que la decisión sea firme.