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El resultado electoral del 10 de noviembre nos ofrece pocos cambios en la correlación de fuerzas entre el bloque de la derecha y de la izquierda, aunque nos muestra a una ultraderecha pujante, con VOX alcanzando las 52 actas de diputados en la Carrera de San Jerónimo
Si algo han demostrado las elecciones generales del 10 de noviembre es que, además de un panorama nuevamente condenado a la inestabilidad, es que la ultraderecha, personificada en VOX, se convierte en la tercera fuerza parlamentaria.
A pesar de que el PSOE vuelve a ganar las elecciones, se trata de una «victoria amarga», dado que el panorama político sigue sumamente fragmentado y sigue sin haber mayorías políticas claras.
Y en este aparente descalabro, VOX se erige como tercera fuerza parlamentaria y a buen seguro intentará capitalizar su éxito electoral asediando al PP para lograr convertirse en el campeón de las derechas.
Mientras tanto, el PP mejora su resultado electoral, logrando 22 actas de diputado más que Unidas Podemos, aunque retrocede, por lo menos tiene un resultado que le permite «salvar los muebles».
PSOE, un mal resultado
A pesar de que el partido que fundase hace 140 años Pablo Iglesias Posse ha vuelto a ganar las elecciones generales, el resultado se puede calificar como «amarga victoria», dado que se deja 800.000 votos y tres escaños.
Además, las fuerzas de izquierda no logran una mayoría clara que les pueda permitir un eventual gobierno de coalición y ni tan siquiera sería posible un gobierno de «geometría variable», esto es, un gobierno de Pedro Sánchez en solitario con apoyos puntuales.
El llamamiento del presidente del Gobierno en funciones para que los españoles les dieran una mayoría clara para poder gobernar y desarrollar políticas progresistas han tenido poco eco entre los electores, que le han mostrado menos apoyo que en los últimos comicios.
Dos bloques con fuerza similar
Otra cosa que tampoco han resuelto estas elecciones es dar como resultado una victoria clara de los dos bloques ideológicos, ya que ni a izquierda ni a derecha hay una mayoría clara para sacar a España de la situación de impasse político.
Un hipotético bloque de izquierdas – PSOE, Podemos y Más País – tendría que contar con las fuerzas independentistas, en especial los diputados de ERC, para poder llevar a cabo una mínima acción de gobierno, algo a lo que con la sentencia del procés tan cercana, seguramente no es posible.
Tocado y hundido
Pero quizás la otra noticia más importante de la noche electoral es que los votantes envían a la irrelevancia política a Ciudadanos, que se «deja» la friolera de 37 escaños, quedándose solo con 10 actas de diputado.
Tal ha sido la debacle, que Albert Rivera, el líder del partido, no ha esperado a la celebración de una ejecutiva y un congreso posterior, para presentar su dimisión irrevocable.
Gobierno de Progreso
El llamamiento para un gobierno de progreso lo ha realizado Pedro Sánchez tras conocerse el escrutinio y ha tendido la mano a Unidas Podemos para iniciar, sin más dilación, las conversaciones para intentar llegar a un acuerdo de gobierno.
A pesar de las intenciones que ha mostrado Sánchez, la llamada que ha realizado el líder de Unidas Podemos, todavía no ha tenido eco en la dirección socialista, que seguramente espera a la reunión de su ejecutiva para adoptar una postura.
Pero quizás la otra noticia más importante de la noche electoral es que los votantes envían a la irrelevancia política a Ciudadanos, que se «deja» la friolera de 37 escaños, quedándose solo con 10
Además, el PSOE y Unidas Podemos tiene una concepción divergente del gobierno que tienen que emanar de las urnas: mientras Unidas Podemos buscan un gobierno de coalición, desde el PSOE se apuesta por un gobierno en solitario con «geometría variable».
Investido por el bloque de izquierdas
Pero en lo más próximo, resultar investido como presidente del Gobierno, Pedro Sánchez funda sus posibilidades en el voto favorable de los partidos de izquierdas de implantación nacional: Unidas Podemos, Más País y el propio PSOE.
En esa configuración, votarían a su favor 158 diputados, que, aunque no le permitirían ser investido en la «primera vuelta», ya que se exige mayoría absoluta, si en posterior votación donde solo se exige una mayoría simple.
Pablo Iglesias se encastilla
A pesar de que seguramente Unidas Podemos sería el partido político más beneficiado por un acuerdo de gobierno – es posible que le permitiese tener representación en el gobierno – parece que Pablo Iglesias no se lo va a poner nada fácil a Pedro Sánchez.
El politólogo ha acusado reiteradamente al PSOE y al propio Sánchez de haber buscado las nuevas elecciones simplemente para mejorar sus resultados electorales, objetivo que no se ha conseguido.
En la noche electoral, en su comparecencia, Pablo Iglesias puso el foco sobre que las elecciones para lo único que han servido es para reforzar a los partidos políticos del espectro de la derecha y especialmente al partido ultraderechista VOX.
Pero la rueda de prensa también le sirvió al profesor de Ciencias Políticas para tender la mano al PSOE, pero, eso sí, estableciendo como «línea roja» que su formación política tiene que entrar en el gobierno y tener cargos en el mismo.
Un campo de minas
En estas condiciones, el PSOE tiene que avanzar en un auténtico «campo minado» para intentar la investidura de Pedro Sánchez y formar gobierno, ya que todas las opciones son malas.
En caso de que el PSOE lograse la abstención en la investidura del PP y el voto favorable del escuálido grupo parlamentario de Ciudadanos, los partidos de izquierda acusarían, inmediatamente, de derechización a Ferraz.
La otra vía también parece bloqueada, porque en un hipotético acuerdo de gobierno entre el PSOE y Unidas Podemos, para tener una mayoría suficiente, haría necesario la concurrencia de los independentistas catalanes, al menos de ERC.
Y en la situación actual, con la cercanía de la sentencia del procés y con la formación política de la que es portavoz parlamentario Gabriel Rufián echando un «pulso» al estado, la posibilidad se torna en «política ficción».
La fuerza política del independentismo catalán se mantiene intacta, aunque bien es cierto que se ha producido un trasvase de votos y de actas de diputado entre la formación política de Joan Tarda y la CUP.
Fuente - el diario