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A punto de cumplir seis años escribiendo este blog y esta es la primera vez que puedo escribir ‘aquí empieza una nueva generación de consolas’ (obviamente, Wii U no entra en este juego). Microsoft ha sido la que ha dado el pistoletazo de salida en Europa con Xbox One mientras que Sony hizo lo propio en EE UU hace una semana con PlayStation 4.
Aún no he tenido tiempo de trastear mucho con la consola, pero ganas le tengo e imagino que pasaré buena parte del fin de semana degustando Ryse: Son of Rome, del que no está habiendo demasiado buenas críticas, y Dead Rising 3, que pinta impresionante.
Sé que acabaré adorando la consola, sus juegos, su interfaz… del mismo modo que disfrutaré mucho con PlayStation 4, pero ahora mismo no puedo evitar sentir ciertas reticencias. Me sigue pareciendo que esta generación llega demasiado pronto, que responde más a necesidades económicas y de marketing que tecnológicas.
A esto hay que sumar el siempre tedioso momento de relevo generacional, en el que muchos títulos navegan entre dos aguas dando lugar a productos finales en ocasiones bastante descuidados o, al menos, poco representativos de lo que pueden dar de sí las nuevas máquinas.
El comienzo de Xbox One no es malo pero tampoco brillante. Por fortuna, hay elementos más que suficientes para considerarla una máquina prometedora: el catálogo inicial de 22 títulos no tardará en crecer, Kinect es mucho mejor de lo que era (aunque aún nadie lo haya explotado como es debido), SmartGlass tiene potencial…
Aunque lo que más confianza ne da es el buen hacer de Microsoft con Xbox 360. En la generación que ya termina, la compañía ha sabido hacer grande a su consola, sometiéndola a una evolución constante hasta convertirla en una apuesta sólida en todos los sentidos, desde los aspectos técnicos y de catálogo hasta los servicios online o la imagen de marca, actualmente muy potente. Si repiten la estrategia que han mantenido en los últimos años, Xbox One puede acabar siendo una de las mejores consolas de la historia, la más digna heredera de la ya talludita 360.
¿Qué os parece Xbox One?